Reseñas
The Whale: ¿Por qué juzgamos antes de intentar comprender?
‘The Whale’ termina por generar una mayoría de críticas positivas.
Si uno está dispuesto a realizar un trabajo que aborda como argumento central un problema de salud, debe ser los suficientemente responsable para hacerlo de forma instruida y cuidadosa. Hacerlo de manera burda o descuidada no es sólo una falta de respeto, también habla de lo poco empático que puede ser el creador del mismo. ¿Cuán verdaderamente interesado puedes estar en el tema si tu acercamiento es errático desde su esencia?
El cineasta neoyorkino Darren Aronofsky no se caracteriza precisamente por ser empático, menos aún delicado. Al contrario: En algunas de sus producciones incluso parece disfrutar lo mucho que arrastra a sus personajes principales hasta el martirio. Hoy vuelve a la pantalla grande, después de la polémica ‘Mother’’, para relatarnos nuevamente la historia de un individuo que se encuentra sufriendo, esta vez desde una perspectiva aún más cuestionable.
‘The Whale’ tiene como protagonista a Charlie (Brendan Fraser), un profesor que da clases en línea ya que tiene el movimiento imposibilitado debido a su exceso de peso. Su único ser querido es su amiga Liz (Hong Chau), quien lo visita y auxilia frecuentemente. A partir de que Charlie descubre que su situación está al borde del colapso, decide intentar reconectar con su hija Ellie (Sadie Sink), a quien no ha visto desde hace nueve años. Este acercamiento y su rápido deterioro convergirán para definir su buscada redención.
Hay dos factores primordiales en la vida de Charlie que lo han llevado al extremo: uno es la severa depresión que padece, el otro la obesidad mórbida. La primera la podemos observar exclusivamente a través la actuación de Fraser, ya que en su mirada, su piedad y su arrepentimiento desborda tristeza y cansancio, a ratos desesperación, dándonos con sus ojos, expresiones y tono de voz lo que no se encuentra en el guion, ya que éste no hizo suficiente hincapié para dejar claro que es ese el tópico que debe realmente alertarnos. De hecho, se siente como si lo hiciera a un lado.
En lo segundo se encuentra el notorio interés de Aronofsky por darle a este drama un enfoque que raya en lo voyerista. El cuerpo de Fraser, que aguantó cada día de rodaje cuatro horas de caracterización y prostéticos, abusa de su apariencia para mostrar a un hombre que prácticamente ha dejado de serlo para proyectarle al público una imagen gigante, monstruosa. Desde el – nada agradable – título de la película (que, si bien se entiende la referencia a ‘Moby Dick’, señala tácitamente a Charlie), el director prepara a la audiencia como si anunciara un show circense: vengan a ver lo exacerbado, y agradezcan no haberse convertido en él.
Por supuesto, el desarrollo de ‘The Whale’ es suficientemente efectivo para ocultar su morbo con una hechura impecable. No sólo Brendan Fraser es digno de mención, Hong Chau y Sadie Sink son también intérpretes fantásticas dentro de la cinta, llevándonos a las lágrimas con las respectivas formas de tratar al protagonista. La fotografía de Matthew Libatique, situada en una única locación, juega con el departamento utilizando luces y tonalidades que por ratos nos hacen sentir claustrofóbicos y en otros casi en un ambiente onírico. Es importante además subrayar que, entre los diálogos de Samuel D. Hunter, se aprecia una disertación entre la bondad y la maldad que se representa con actos ambiguos, permitiendo que la conciencia e inteligencia de cada espectador decidan cuál es inherente en el ser humano, y qué escala de grises hay entre ellas.
Estrenada en el Festival de Cine de Venecia 2022, ‘The Whale’ logra funcionar en varios aspectos cinematográficos y termina por generar una mayoría de críticas positivas. Sin embargo, sería mejor observar de manera detenida sus fallas para que se genere la urgente conversación de por qué caemos en el asco y el prejuicio antes de intentar comprender. Nuestro protagonista se disculpa en numerosas ocasiones durante el filme, y es momento de preguntarnos por qué una persona que no ha hecho nada malo sigue sintiendo la necesidad de pedir perdón. Seguramente la respuesta tiene mucho más que ver con cómo son tratados por una sociedad que los juzga sin miramientos.
Avance subtitulado de The Whale