Reseñas
No Sudden Move: el nuevo drama criminal de Soderbergh en HBO Max
Steven Soderbergh está de vuelta en HBO Max con NO SUDDEN MOVE (Ni un paso en falso), un drama criminal con uno de los mejores elencos que ha reunido hasta la fecha y eso es mucho decir. Aunque esperaba con ansias verla después de su primer avance, debo decir que la historia nunca terminó de engancharme y terminé viendo la hora para ver si estaba por terminar.
NO SUDDEN MOVE está ambientada en Detroit, exactamente en 1954, donde Curt Goynes (Don Cheadle), acaba de salir de la cárcel y necesita obtener dinero rápidamente para recuperar tierras que le fueron arrebatadas injustamente. Su amigo Jimmy (el difunto Craig muMs Grant), que dirige una barbería, le señala el callejón trasero donde un pomposo hombre blanco llamado, Doug Jones (Brendan Fraser), lo está esperando con una tentadora oferta de “niñero” (es decir, mantener como rehén), durante tres horas, a la familia de un hombre que trabaja en General Motors (David Harbour) mientras lo obligan a robar algunos documentos corporativos. Pero el trabajo supuestamente fácil, para el cual Curt aceptó trabajar con dos personas completamente desconocidos para él, Ronald Russo (Benicio del Toro) y Charley Barnes (Kieran Culkin), se convierte en un sangriento desastre.
¿Suena interesante, no? Steven Soderbergh tiene un curriculum impresionante que sería inútil mencionar. El hombre es alguien muy capaz, tanto en televisión con series como The Knick o Mosaic y en cine con las galardonadas Traffic o Erin Brockovich. Y el elenco mencionado sólo son algunos de los involucrados, también tenemos en pantalla a Noah Jupe (Un Lugar en Silencio, Honeyboy) Jon Hamm (Mad Men), Julia Fox (Uncut Gems), Amy Seimetz (The Girlfriend Experience), Ray Liotta (Godfellas), Bill Duke (Predator) y un sorprendente cameo que no mencionaré para no arruinar la sorpresa.
A mi parecer, el principal problema de No Sudden Move radica en el guion de Ed Solomon, cuya carrera abarca desde temas de culto como It’s Garry Shandling’s Show de Showtime, hasta la comedia de Keanu Reeves, Bill & Ted’s Excellent Adventure, pasando por blockbusters como las franquicias de Men in Black y Charlie’s Angels. Él es un socio recurrente de Soderbergh, aunque en esta última colaboración toca demasiados temas, algunos propios de la trama y otros de comentario social que no se desarrollan. Lo más frustrante es la omisión de explicar las razones por las que el documento de la bóveda es tan codiciado. Esto podría haber funcionado mucho mejor si hubieran hecho lo que hizo Quentin Tarantino con el portafolios dorado en Pulp Fiction. Era increíblemente valioso y nunca supimos que había adentro, pero no importaba para la trama. El problema aquí, es que nos dan pistas, pero el tema se abandona con tantas dobles y triples traiciones. El chiste final llega justo en la última escena, cuando nos dicen en los créditos cuál era la importancia de ese documento que puso todo en marcha, brindándonos un muy necesitado contexto. En ese momento, esbozarás una sonrisa y te darás cuenta de que la mayor parte de lo que vimos durante casi 2 horas tenía sentido.
También es, por supuesto, una película notable en términos de cinematografía. Soderbergh, nuevamente bajo el seudónimo de Peter Andrews, le da a la película un lenguaje visual único, a veces filmando con lentes de ojo de pez que exageran la situación en la que se encuentran los personajes, sesgando el mundo que los rodea de una manera que refleja su confusión. Aunque en ocasiones resulta más un distractor que un recurso para mejorar la experiencia. Justo como los desenfoques de Zack Snyder en Army of the Dead. Son decisiones artísticas que no todos reciben con una sonrisa.
Al final NO SUDDEN MOVE se siente como un producto que hubiera funcionado mejor como una serie, en particular con el arco argumental del personaje de Don Cheadle. Parece que leímos la última novela de una colección sobre su vida y me gustaría conocer las demás, sin enterarme nunca de que todo esto era sobre una ley antimonopolio que obligó a varias compañías automotrices a colocar un convertidor catalítico en sus vehículos.