Reseñas
Reseña de Una Familia Peculiar (Cigarettes et chocolat chaud)
Por años hemos tenido que ver pasar en cartelera un sinfín de filmes dedicados a la familia nuclear, en los que los integrantes de la misma son siempre papá, mamá e hijos. Con esta tan habitual y monótona base, el desarrollo de las mismas se vuelve un tanto predecible: Ya conocemos a qué obstáculos se enfrentarán y cuál será la moraleja de sobreponerse a ellos. Es por eso que películas como Cigarettes et chocolat chaud, en México titulada como Una familia peculiar, traen con ellas un aire innovador que se disfruta bastante.
Estrenada en 2016, Una familia peculiar nos cuenta la historia de la familia Patar, integrada por Denis (Gustave Kervern) y sus hijas, Janine (Héloise Dugas) y Marcredi (Fanie Zanini). Denis trata de sacar a sus hijas adelante a pesar de la ausencia de su madre, pero los gastos lo sobrepasan y vive al día con la manutención y cuidado de las niñas, mientras Janine experimenta los cambios propios de la adolescencia a la par de algunos tics que la incomodan y avergüenzan. Marcredi, por su lado, es una amante de la lucha WWE que disfruta haciendo locuras y pequeños caos por donde pasa. Los tres como conjunto (y con todos sus bemoles) parecen funcionar bien; sin embargo, a los ojos de la sociedad les hace falta más responsabilidad y estructura. Es así como llega a la casa de estos personajes la trabajadora social Séverine Grolleau (Camille Cottin), quien será la encargada de evaluar si Denis es capaz de tener un entorno adecuado o si sus hijas estarían mejor con una familia de adopción. Es así como los cuatro se encargan de enfrentar sus propias personalidades y miedos, y van descubriendo en ellos el amor y la fuerza para entender quiénes son y lo que necesitan.
La belleza de Cigarettes et chocolat chaud radica en que no busca aleccionar en ningún momento acerca de cómo deberían ser las familias o estructura de las mismas. Por el contrario, demuestra que la familia nuclear no tiene que ser tan común como nos la suelen presentar: Los padres tienen dificultades para saber cómo tratar con niños y adolescentes y se equivocan mucho más de lo que están dispuestos a reconocer; los hijos sufren cosas que no saben explicar con claridad y muchas veces lidian con ello en silencio; las ausencias pueden verse como enfrentamiento o evasión, y nos enseña también que no importa si las personas que amamos y en las que confiamos son consanguíneas o no, también son parte de la familia que armamos basándonos meramente en el cariño.
El espíritu de David Bowie musicaliza esta adorable película que, en medio de risas y momentos enternecedores, nos enseña que realmente nada tiene que ser como lo que vemos en lo normalizado por la sociedad. Que, más allá del retrato perfecto que piden que seamos, hay que voltear a ver a cada humano y saber qué es lo que funciona para cada uno y lo que realmente necesita. No podemos imponer normas cerradas y negligentes cuando se trata de armar un entorno, porque cada familia debería basarse en el amor y la sana convivencia de unos con otros, y eso es lo que encanta de la familia Patar: No se trata de ser el mejor educado, el más ordenado o el de mayor poder adquisitivo; se trata de querer, comprender y cuidar a la persona que tenemos al lado, haciendo equipo siempre, en cualquier circunstancia.
Avance de Una Familia Peculiar
https://youtu.be/-BV8jzzfTKg