Reseñas
MANK: El proceso creativo a la sombra de Orson Welles
Recuerdo que hace pocos años vi “El Ciudadano Kane” (1941) y “El Proceso” (1962), este segundo adaptación de la novela homónima de Franz Kafka, y agradecí en esos instantes que un ser como Orson Welles hubiese llegado a este mundo.
Su mirada sombría sobre el mundo llevado a la cámara, los detalles hipnóticos en su dirección, todo en su trabajo apuntaba a buscar nuevos registros audiovisuales.
En esta oportunidad el estimado David Fincher trae en MANK un proyecto que juega a recrear la dirección de Welles al contar la historia de cuando Herman Mankiewicz recibe la encomienda de escribir el guion de “El Ciudadano Kane”. Para el trabajo de Fincher él ya contaba con el guion escrito por su propio padre, y razones de peso tenía para escoger ese hecho del mundo de Hollywood.
La producción contó con el rol protagónico sobre Gary Oldman que sin duda siempre resulta encantador. El atrapa con su voz y estampa toda la cámara para recrear sin exageraciones a un guionista adicto al alcohol.
Cabe destacar que Lily Collins como su asistente también brilla y hacen una dupla interesante en cuanto al rango actoral que ambos ofrecen.
¿Pero en esencia qué escode Mank? La historia de la película desnuda el lado sórdido de la industria del cine estadounidense en su mejor época.
Fincher recrea divinamente los planos secuencias creados por Orson Welles así como los planos detalles embriagadores de “El Ciudadano Kane”. Sin embargo, al final de la película sentí precisamente eso, que en esencia fue un trabajo cuesta arriba recrear un estilo que ya existe y buscarle además un sello propio.
A veces MANK pierde el ritmo, pero afortunadamente esto ocurre en pocos instantes. Tal vez se pudiera hacer una pequeña elipsis para permitirle desahogar un poco la historia. Pero seguramente la veremos en el Oscar 2021.
Avance oficial de MANK