Reseñas
La llegada es una bella y provocativa cinta de ciencia ficción

Hemos visto platillos voladores descender al planeta Tierra muchas veces en el pasado, pero nunca como los de Arrival (La llegada). Cerca del comienzo de la nueva película de Denis Villeneuve, que está adaptada por Eric Heisserer de la cuento corto “Story of your Life” escrita por Ted Chiang. Una docena de extrañas formas color gris caen desde el cielo y penden sobre aparentes puntos al azar en todo el planeta.
Dependiendo del ángulo, lucen como monolitos, lunas o barras de chocolate. Pero sin una cabina identificable, motor, alas o propulsores, parecen menos prácticas que simbólicas, como letras escritas en el cielo en un idioma desconocida. La pregunta no es que son. Es lo que significan.
Su conducta no ofrece ninguna pista. Como el Coronel Weber (Forest Whitaker), oficial del ejército de Estados Unidos encargado de investigar el avistamiento sobre Montana, comenta: “Si son científicos, no están haciendo muchas preguntas.”
En su lugar, esas preguntas provienen de una experta lingüista llamada Louise Banks (excelentemente interpretada por Amy Adams), quien es reclutada por Weber para comunicarse con lo que sea que este adentro. El objetivo es preguntarles lo que Weber describe como “la gran pregunta”: ¿Cual es su propósito en La Tierra?
Junto con el matemático Ian Donnelly (Jeremy Renner), Louise es transportada a la “nave” de Montana, donde un acceso a una cámara en la nave se abre cada 18 horas. La cámara de Villeneuve sigue al helicóptero mientras sobrevuela lo que parece ser un festival musical, casas rodantes, carros, tiendas y agrupaciones de personas que han venido a ver personalmente las “naves”; justo antes de aterrizar en un planicie desértica mientras niebla baja de las montañas que se ubican a un costado del lugar.
La lúgubre música de Jóhann Jóhannsson, quien también trabajo con Villeneuve en Sicario, es poco más que una inquietante nota de bajo, piensen en una cuerda de piano a punto de romperse, acompañada de una tonada tenue que parece existir fuera de este planeta. Hace que el conjunto de notas de Encuentros Cercanos del Tercer Tipo suene como La Macarena. Incluso el personaje de Will Smith en Día de la Independencia dudaría en avanzar.
Avanzar firmemente es precisamente lo que Louise hace, mientras Villeneuve conjura vívidamente un sentimiento enfermizo y de pánico alrededor de ella. En un nivel, existe una potencial amenaza inmediata a su bienestar personal; en otro, el creciente malestar internacional que brota de las pantallas de TV en el campo militar, lo que alimenta la sensación de que el mundo como lo conocemos esta en las primeras y lentas etapas de desintegración.
En una serie de encuentros con los habitantes de las “naves” (criaturas salidas de la mente de H.P. Lovecraft) Louise les enseña un rudimentario inglés mientras ellos responden en su propio lenguaje escrito, que al principio parecen manchas dejadas por tazas de cafe, pero lentamente cobran sentido y forma.
Estas confrontaciones capturadas por el brillante cinematógrafo Bradford Young, son las mejores y más aterradoras escenas que haya filmado Villeneuve, lo que los fans del director reconocerán como palabras mayores.
En una aparente plática fuera de lugar en el campo base, Louise le cuenta a Ian sobre la hipótesis Sapir-Whorf, una teoría lingüista (real) que sugiere que la estructura de un lenguaje forma y hasta limita el conocimiento o las creencias de quienes lo usan.
El significado real de esta conversación toma tiempo en cobrar relevancia, pero las ideas mostradas en La Llegada sobre el lenguaje resuenan en sus propios métodos narrativos en maneras demasiado inteligentes como para revelarlas en estas lineas y que resultan en un giro interesante justo a la mitad de la película, que te obliga a re interpretar lo que acabas de ver.
La llegada es una bella y provocativa alegoría que se convierte en la clase de ciencia ficción que puede sacar tu comprensión del mundo de balance. Nos recuerda que mucho de lo que asumimos sobre la vida fuera de esta planeta esta basado en nuestra propia (y tonta) cultura pop.
Avance subtitulado de La llegada
