Reseña de ‘X’

Reseña de ‘X’, la nueva película del director Ti West para el estudio A24.

Mientras otros géneros suelen ser bien recibidos en las salas y por el público, en el cine hay dos alienados que, por ciertas similitudes, hasta parecieran destinados a converger. El horror y la industria erótica/pornográfica son esos entes extraños que provocan incomodidad en la audiencia, probablemente porque no temen confrontarla con imágenes viscerales y situaciones extremas, que usualmente son dejadas en la sombra. Estas características son la cruz que ambos están dispuestos a cargar en pos de su visión, pero que a la vez son su principal fortaleza: estimulan emociones casi primitivas, y el ojo no puede despegarse de la pantalla.

Después de realizar siete películas de terror al hilo y de haberse alejado una temporada para hacer televisión, el cineasta estadounidense Ti West se dio cuenta de que no había desarrollado aún una que estuviera inclinada hacia el slasher, una de las ramas más veneradas de su género favorito. Fue entonces que decidió escribir algo en ese tono, navegando entre producir un homenaje a cintas icónicas y la posibilidad de plasmar la hechura de una película desde sus distintas aristas. Es así como, una vez terminado el guion, presenta la idea a la distribuidora A24 (reconocida, entre otros aciertos, por encumbrar el elevated horror), con quienes deseaba trabajar desde hace tiempo, y finalmente nace ‘X’.

Teniendo como protagonistas a un grupo de jóvenes cuya intención es filmar una película de adultos titulada ‘Farmer’s Daughter’, ‘X’ inicia con la llegada de éstos a una granja texana para la grabación. Wayne Gilroy (Martin Henderson) es el productor que encabeza este conjunto, el cual incluye a dos actrices (Mia Goth y Brittany Snow), un actor (Scott Mescudi), el director (Owen Campbell) y su novia (Jenna Ortega), que funge como sonidista. Si bien todos están dispuestos a trabajar para alcanzar la fama y el renombre, su primer y mayor obstáculo será la pareja que les renta – y habita – dicho espacio: un viejo cascarrabias (Stephen Ure) y su enigmática y silenciosa esposa (Mia Goth).

Fiel a las bases que conforman un slasher, Ti West las utiliza para regalarnos sangre al por mayor y algunos jumpscares, que retrata con la misma mirada con la que notoriamente disfrutó los filmes que le sirvieron de inspiración. Descubrimos, entre sustos y varios gritos, vistazos de ‘Psycho’, ‘The Shining’, ‘Alligator’ y, por supuesto, la memorable ‘The Texas Chainsaw Massacre’. Aunque superficialmente podría percibirse como un enfoque pretencioso, West tiene el cuidado de proyectarlo con elegancia, eligiendo 16 mm para la adecuada estética de la década de los 70’s, que además corona con un soundtrack acorde, incluyendo artistas destacados de la época como Mungo Jerry, Loretta Lynn y Blue Öyster Club.

Mención aparte merecen las actuaciones, en las que son las mujeres quienes se llevan los aplausos: Brittany Snow ofrece a una sexy rubia a la que le sobra astucia e inteligencia; Jenna Ortega encarna a una chica que, aunque inocente, no teme pedir lo que quiere, y Mia Goth se muestra espectacular en sus dos papeles: Maxine Minx, estrella porno en ascenso y Pearl, una anciana llena de amargura. Para lograr que ésta última brille en ambos lados, se requirieron más de 10 horas de maquillaje en manos de las expertas Weta Workshop y Sarah Rubano, quienes plasman en el cuerpo y rostro de la inglesa una vejez cargada de fragilidad, con escasísimo pelo blanco y el gesto de perenne frustración.

Filmada en Nueva Zelanda y estrenada en el festival South By Southwest 2022, ‘X’ posee un sinfín de particularidades que se convierten en el goce de aficionados del género, e incluso de aquellos que no lo son tanto. No obstante, conviene mirar un poco más a profundidad la esencia de sus personajes: en el abismo generacional se encuentran los anhelos del porvenir y los sueños abandonados, el físico que lo puede todo y los que no soportan más. Ti West nos regala una inesperada enseñanza, en la que evitar el arrepentimiento es nuestro menester. Repitamos el mantra de la maravillosa Maxine: “No aceptaré una vida que no merezco”.

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