Matrix Resurrecciones: resurgir una saga que no lo necesitaba

En 1999 una película revolucionó la forma en que se miran y hacen los filmes de hoy en día, en específico aquellas que van más a crear una experiencia visual y narrativa única, a tal grado, que hasta la actualidad, ha sido una de las más referenciadas en el mundo del cine, estableciéndose dentro de las sagas que más fandom atraen y cuyo propósito fue hacernos dudar sobre el significado de las elecciones y la realidad en la que vivimos. Así es, estamos hablando de Matrix.

Dirigida por las hermanas Wachowski, Matrix logró formar parte de la historia cinematográfica al traer una propuesta visual que en su momento era única, creando nuevas maneras de apreciar el cine, sobre todo, el cine de acción, trayendo consigo dos secuelas que completarían la trilogía sobre el destino del elegido, de Neo (Keanu Reeves), cuyo propósito era salvar a la humanidad de la crueldad de la Matrix y liberar sus mentes como él lo hizo. 23 años después de la última entrega de la saga, llega la cuarta parte de Matrix, la cual, responderá a la duda sobre si era necesaria otra historia más sobre el camino de Neo, si tal vez simplemente usaron el factor nostalgia para generar ganancias o si hay una crisis de originalidad. Matrix Resurrecciones se encuentra en salas de cine.

Thomas Anderson (Keanu Reeves) es un diseñador de videojuegos cuya vida se encuentra estancada en una rutina casi interminable, la cual, presencia constantemente recuerdos de una vida que se siente lejana y confusa. Después de una serie de sucesos, Thomas despertará de su confusión y se dará cuenta que su vida significaba algo más de lo que él creía y que su destino lo llevará a recordar quién era realmente antes de todo lo que él conoce como su vida, recordara el nombre de Neo.

Así como es complejo explicar todo lo que significa Matrix en general, es igual de difícil poder hablar de la nueva entrega de la saga sin meterse tan de lleno en detalles específicos de la trama sin arruinarle la experiencia a los demás, ya que es demasiado detallada la historia que intenta sostener este largometraje, pues recurren a muchas especificidades que orillan a que el espectador mantenga su atención total a lo que ve en pantalla, sobre todo si es la primera vez que se encuentra en contacto con la creación de las Wachowski, y llevando a aquellos fanáticos de la saga a qué se sientan abrumados por el giro que toma Matrix Resurrecciones dentro de la misma saga, por lo que se podría cuestionar si era necesario hacer un filme más para la historia de Neo y convirtiéndose en un producto que genere una división de opiniones bastante notable.

El guión cae en sus propias ambiciones, pues al no profundizar de mejor manera en sus personajes y sus problemas particulares, queda como una propuesta que se siente hecha a medias, a pesar de que tiene esbozos de críticas hacia la industria cinematográfica de hoy en día, a las audiencias que exigen determinados productos o incluso al capitalismo, quedando solo en meras intenciones sobre hacer una nueva entrega de Matrix que tuviera esa misma complejidad filosófica y social que caracterizó a la primera película de la saga. Además, los diálogos de los personajes, así como las situaciones por las que pasan, carecen de interés o emoción alguna.

El elenco de Matrix Resurrecciones tiene poco material para que puedan destacar en el metraje, pues como se mencionó antes, el guión es flojo en cuanto a profundidad y eso hace que tanto los nuevos, como los ya conocidos personajes, no tengan una escena memorable dentro de la película, además del hecho de que algunas incorporaciones al reparto podrán causar inquietudes por el rol que hacen dentro de Matrix Resurrecciones. Eso si, se debe reconocer el gran trabajo que hizo Jessica Henwick con lo poco que le dieron para desenvolverse como Bugs, es quien sobresale en esta nueva entrega.

Una de las cosas que hizo tan popular a la primera parte de Matrix fueron sus espectaculares secuencias de acción, ya que, aparte de ser novedosas, tenían ese éxtasis tan sorprendente que te mantenía al filo del asiento. Dicho lo anterior, uno esperaría que Matrix Resurrecciones pudiera evolucionar en dicho aspecto, pero no fue así y termino abusando de ciertos elementos que ya se conocían sobre los personajes, provocando que sean pocos los momentos en que se pueda percibir una evolución entre la primera entrega de Matrix y esta cuarta entrega, rozando en la decepción.

A pesar de todo esto, una vez que se supera la primera hora de Matrix Resurrecciones, la película pasa a ser más entretenida, claro, si las exigencias no son tan altas, pues logran cumplir en ser un entretenimiento y una opción más para aquellos que ya fueron a ver Spider-Man: Sin camino a casa o que no les interesa verla, incluso para los espectadores que buscan pasar un buen rato, ya que Matrix Resurrecciones no es del todo mala, eso si, dependiendo del nivel de exigencia que se tiene al respecto, hay que aclarar eso.

Matrix Resurrecciones es una película que se siente sin motivación, que se queda a medio camino de llegar al nivel que pusieron sus antecesoras en cuanto a acción e historia, provocando que se cuestione la decisión de haber realizado una nueva entrega de una saga cuyo final fue el adecuado para cerrar un ciclo en su debido tiempo. Es claro que va a dividir tanto a los fanáticos de la saga, como a los espectadores que apenas van a adentrarse en la historia de Neo y Trinity (Carrie-Anne Moss). En conclusión, es rara y solo te motiva a ver las anteriores películas de Matrix.

Avance de Matrix Resurrecciones