AMORES MATERIALISTAS: Redefiniendo el concepto de comedia romántica

Aunque han existido desde tiempos inmemoriales, las comedias románticas tuvieron un auge peculiar en la época de los 2000. Con protagonistas guapos, jóvenes y carismáticos, películas como ‘How to Lose a Guy in 10 Days’ (2003), ’13 Going to 30’ (2004), ‘The Holiday’ (2006) y muchas otras se colocaron en el gusto de la audiencia gracias a su visión rosa del emparejamiento, donde cualquier obstáculo o malentendido es capaz de superarse si se ha hallado el amor verdadero y, como consecuencia, llega el eternamente anhelado “felices para siempre”.

Aunque ahora esos largometrajes ya no son tan populares como en aquella década, la directora coreana Celine Song conservaba un interés especial por contar una historia que ocupara este subgénero para ahondar en las múltiples aristas de las relaciones interpersonales. ‘Amores Materialistas’ (Materialists) nos presenta a Lucy (Dakota Johnson), una efectiva casamentera que se mantiene soltera por voluntad propia. Esta decisión flaqueará cuando comience a interactuar con el exitoso financiero Harry (Pedro Pascal), que parece estar hecho a su medida y con todo lo que desea. Sin embargo, las dudas aumentan cuando se reencuentra con Jhon (Chris Evans), un exnovio que aún despierta en ella sentimientos entremezclados. Este trío descubrirá que construir una conexión requiere bastante más que racionalidad, números o atracción física.

Después de habernos entregado ‘Past Lives’, que le diera reconocimiento mundial y múltiples nominaciones y premios, la cineasta cambia un poco el rumbo a la hora de la narrativa, pero sin salirse por completo del camino, ya que ‘Amores Materialistas’ también busca desmenuzar de manera honesta los vínculos que, de forma consciente o inconsciente, vamos cimentando durante la adultez.

Inicia esbozándonos las predilecciones y conductas de Lucy, quien se ha vuelto tan cerebral y se ha concentrado tanto en sus metas que ha dejado de ver a sus clientes como individuos ávidos de cariño, convirtiéndoles en un producto que debe ser acomodado en un determinado lugar acorde a su perfil. Dakota Johnson logra una significativa transición durante la trama, donde sucesos nada agradables la llevan a replantearse hacia dónde está enfocada y por qué no puede continuar así. Sus lados afilados van suavizándose lo necesario para que el espectador le acompañe en silenciosas reflexiones y cuestionamientos internos.

Porque ‘Amores Materialistas’ va principalmente de eso: El romanticismo de hoy en día no puede ser adornado ni promisorio, porque la vida nos ha hecho prácticos, astutos, e incluso un poco cínicos. Ya no somos los adolescentes que esperan gestos grandilocuentes ni declaraciones cursis, porque el ritmo de nuestras rutinas y las experiencias agridulces han erigido una invisible muralla en cada uno.

Nueva York funge como escenario de esta cinta, y en sus parques y edificios observamos el ir y venir de una población que no se detiene, y que lo quiere todo con inmediatez. La cinematografía de Shabier Kirchner muestra a esta ciudad como un personaje más, y tiene a bien además captar de formas distintas a sus roles primordiales: Mientras el entorno de Harry es elegancia y tranquilidad, John está en constante agitación. Lucy se percibe más ecuánime, transitando en tomas tan controladas como su propia personalidad.

Filmada en Manhattan, Brooklyn y una breve parte en Durango, entre abril y junio del 2024, ‘Amores Materialistas’ utiliza la experiencia propia de la realizadora en ese mismo singular empleo para recordarnos que, aunque tengamos una lista de lo que idealizamos o rechazamos, poco o nada de eso va a importar cuando localicemos a nuestra persona: sus fallas se juzgarán minúsculas y sus cualidades un ensueño. Habrá que ser sinceros con lo inevitable: Cuando el corazón elija, sólo nos quedará dar un salto de fe al incierto vacío.