Reseñas
Ver o no ver: ‘Disco Inferno’ en Netflix
‘Disco Inferno’ es un corto de terror ambientado en una casta iglesia convertida en pecaminosa discoteca.
‘Disco Inferno’ es un cortometraje de terror ambientado en un lugar pecaminoso que solía ser un lugar sagrado: una iglesia, ahora convertida en una discoteca donde la gente hace girar sus partes inferiores y oler cocaína.
El director Matthew Castellanos elige a la estrella de Fuller House, Soni Bringas, como una futura mamá ostentosa que se encuentra en medio de una fuerza diabólica, lo cual es un gran fastidio, porque está obstaculizando su participación en una competencia de baile disco extravagante.
¿De qué trata ‘Disco Inferno’?
Una mujer que pronto descubriremos es la hermana Lynn (Helene Udy) llora en un confesionario católico. Se vuelve cada vez más trastornada mientras se lamenta porque siempre quiso tener un hijo propio, pero no pudo, y ahora tiene uno, le fue robado a una mujer a la que mató. Luego nos damos cuenta de que tiene sangre en las manos. Momentos después, el sacerdote entra a la habitación y allí está Lynn, colgando del extremo de una soga. Es 1955.
Ahora estamos en 1973. La iglesia ya no es una iglesia, es una discoteca llamada Inferno. Mel (Bringas) y su novio Brandon (Stephen Ruffin) ensayan para el concurso de baile de inauguración del club. Se llevan bastante bien juntos, aunque se muestran nerviosos. De repente, Mel corre al baño para vomitar, y ya sabes lo que eso significa, porque en las películas, los personajes femeninos no vomitan por ningún motivo a menos que estén embarazadas. Todavía no está 100 por ciento segura, pero lo sabe, como una madre sabe cosas como ésta.
Mel sale del baño y entra al club y luego BAM. Con un corte rápido, la discoteca desaparece y la iglesia regresa y los ojos de Mel están todos negros. Parece controlada por algo. Poseída, tal vez. Entra en un pasillo y allí está el confesionario. Y la hermana Lynn está allí, con cruces al revés reflejándose en sus ojos. Muy bueno, sí, a menos que seas Mel.
‘Disco Inferno’ se siente como un adelanto de una película más larga: concepto convincente, personajes en transición, un escenario y una ubicación ricos en potencial. Y es precisamente por eso que esta película de 18 minutos es frustrante: justo cuando establece sus ideas centrales y su trama, y alcanza un ritmo, termina.
Castellanos tiene buen ojo para las imágenes perturbadoras y queremos ver más. Bringas y Ruffin muestran suficiente química afectuosa para llevar a estos personajes a lo largo de 90 minutos, y queremos pasar más tiempo con ellos. El subtexto despierta ideas sobre la fe, el pecado y la ansiedad maternal, pero nos deja colgados; es demasiado delgado para provocar sustos graves.
El estilo de ‘Disco Inferno’ es suficiente para justificar una pequeña inversión de tiempo, por lo que te invito a verla con reservas y una advertencia de que no quedaras completamente satisfecho.
¿Dónde ver ‘Disco Inferno’?
El cortometraje de ‘Disco Inferno’ está disponible en Netflix.
Avance de ‘Disco Inferno’