Reseñas
RECURSOS HUMANOS: El microcosmos de una sociedad podrida
La película ‘Recursos Humanos’ convierte a una oficina y sus integrantes en un microcosmos de nuestra sociedad.

‘Recursos Humanos’ (2023) es una película mexicana del director Jesús Magaña Vázquez protagonizada por Pedro de Tavira, Daniel Tovar, Giuseppe Gamba y Juana Viale.
Por definición, Recursos Humanos es el departamento encargado de cuidar a la gente que trabaja en una empresa, tanto de manera laboral como individual, atendiendo las necesidades de ambas partes para que la producción y el ambiente sean armoniosos y productivos. Sin embargo, este contexto raramente es tan idílico como su concepto, y casi siempre se gestiona con base en los beneficios del patrón, dejando a los empleados en una jungla donde cada quién lucha por sus intereses.
Esta cultura, tan arraigada en el staff que hoy conocemos coloquialmente como Godínez, fue retratada de forma magistral por el autor jalisciense Antonio Ortuño. A su vez, la lectura de su novela fue lo que provocó en el director mexicano Jesús Magaña Vázquez el deseo de llevar a las pantallas esta historia, en la que más de un oficinista vería reflejadas conductas, reacciones y personalidades.
¿De que trata ‘Recursos Humanos’?
‘Recursos Humanos’ nos platica de Gabriel Lynch (Pedro de Tavira), un hombre atorado en un cargo monótono que de pronto se entera de una vacante gerencial. Cuando busca conseguirla, resulta que ya se encuentra otorgada a Constantino (Giuseppe Gamba), un junior que obtuvo el puesto gracias a las amistades de su papá. Molesto por esta injusticia (y por varias otras de antaño), Gabriel buscará venganza, en una travesía que incluirá a su mejor amigo Miguel (Daniel Tovar), a la aprovechada Lizbeth (Cecilia Ponce) y la hastiada Verónica (Juana Viale).
Si bien se vende como una comedia más de la cartelera de nuestro país, ‘Recursos Humanos’ en realidad se luce como un ejercicio subversivo en el que, más allá de risas o punch lines, al público le espera mucho sarcasmo, momentos bastante oscuros e incluso crímenes despiadados. Esto puede entenderse desde que conocemos a Gabriel, personaje principal de la película, quien de inmediato rompe la cuarta pared para relatar los pilares de su niñez y los infortunios por los que hoy él mismo se proclama resentido. Utilizando muecas burlescas, gestos de hartazgo y frases filosas, es un protagonista atípico dentro de una trama que, pudiendo haberlo exhibido como víctima, elige que sus cartas de presentación sean la manipulación y el descaro.
Magaña Vázquez se acompaña de Fernando del Razo y del propio Ortuño para elaborar un guion que complementa a Lynch con colaboradores que poseen diferentes características, pero que se hallan unidos por una esencia particular: la de sentirse permanentemente miserables. Desde quienes se encuentran en puestos de mayor privilegio hasta los que habitan en el sótano para dedicarse a empacar, el personal del lugar que nos escenifica ‘Recursos Humanos’ ostenta una podredumbre proveniente de saberse solos y oprimidos en una jaula en la que se pelea por lo que se quiere con uñas, dientes, y pisando a quien tenga que ser aplastado. No sólo sobrevive el más fuerte, también el que usa más tretas, el que tiene mejores contactos, o el que toma las decisiones con menos escrúpulos.
Filmada en Córdoba, Argentina, ‘Recursos Humanos’ convierte a una oficina y sus integrantes en un microcosmos de nuestra sociedad. Realizada en blanco y negro, ejemplifica los horrores internos de personas ya acostumbradas a una vida gris y engorrosa, que buscan en unos buenos tragos y una venenosa convivencia poder salir del entorno que los ha asfixiado mucho antes de que pudieran notarlo. Observemos cada pasillo de dicha corporación, cada cubículo, cada traición y cada mancuerna, y preguntémonos: ¿El anhelado ascenso nos hará evitar el vórtice, o caer directamente en él?
Avance de ‘Recursos Humanos’
